viernes, 16 de enero de 2009

De risa

El PSOE denuncia en su blog que "VECINOS DE ALGUAZAS DENUNCIAN LA PASIVIDAD DEL AYUNTAMIENTO FRENTE A LAS PINTADAS"

Para empezar quisiera saber quien son esos vecinos que denuncian, habria que verlo.
¿Qué es lo que quiere la izquierda ahora después de lo que se ha dedicado hacer durante todo este tiempo bajo el dominio de su memoria histórica? Vosotros no quereis una historia manipulada, pues aquí teneis la otra, la de la gente que considera vuestra cultura propagandistica una porqueria.

¿Quién me va a discutir ahora las verdades que rezan en las pintadas?
Otra cosa, es la manera de hacer llegar al pueblo esas verdades, que de esta forma no deberia ser.
Por último decir, que ya me extrañaba que esta gente no denunciara una verdad como un templo.

sábado, 3 de enero de 2009

Saber y entender por que lo hacen.

Para entender lo que se escribe a continuación se debe saber que en realidad los dos verdaderos bandos de nuestra guerra civil no estaban formados por los rojos y los nacionales. Más bien por aquellos que luchaban por el idealismo de una España mejor y los que estaban cegados por un fanatismo y una sed insaciable de sangre, que también existieron en ambos bandos. Esa debería ser la lectura con la que debíamos quedarnos para construir todos juntos un futuro ajeno a sentimientos guerracivilistas.
Pero podemos ver dias tras dias volver el alto grado de inmoralidad, falta de escrúpulos y rencor que anida en la izquierda española.
No sólo se trata de que 80 años después se pretenda falsificar la historia, haciendo pasar por demócratas a quienes en gran medida luchaban por imitar la tiranía soviética en España, por héroes a auténticos terroristas, ladrones y violadores o por víctimas a sanguinarios verdugos.

Recordar los represaliados de un bando y al mismo tiempo silenciar a los de otro, es simple y llanamente mentir, engañar, manipular. Y si hace 80 años, recién terminada la contienda, podría comprenderse que en caliente sólo se recordase a las víctimas del bando vencedor a la vez que se ejercía la entendible vindicación sobre los responsables del bando vencido, hoy no hay justificación moral alguna para repetir lo mismo, salvo la más abyecta de las intenciones.

Vemos continuamente personajes, como los graciosillos a sueldo de la Sexta, riendose de los muertos del Bando Nacional, esto lo dice todo sobre la catadura moral del individuo, su jefe, el tal Buenafuente, y la cadena mamporerra de ZP.
También Cristina Almeida, expresa su gozo por quemar los libros que lleven la contraria y canten las verdades del barquero sobre lo que sucedió durante la II República y la guerra civil, desmontando la versión de buenos y malos que nos quieren hacer tragar.
Todo acompañado de las algaradas de grupos ultraizquierdistas por Madrid para cazar “fachas”, algaradas, que por supuesto de haber sido protagonizadas por los contrarios, habrían abierto telediarios.

Hace 80 años, episodios como el asesinato del general Ochoa, cuya cabeza ensartada en una pértiga fue paseada por Madrid por las turbas socialistas, comunistas y anarquistas; el asesinato del hijo del coronel Moscardó debido a que su padre no cedió al chantaje del gobierno republicano que quería cambiar la vida de su hijo por la rendición del Alcazar; el cobarde secuestro y tortura de Andrés Nin que fue despellejado vivo; los cientos de religiosos que además de ser asesinados fueron torturados antes de morir, castraciones, crucifixiones, vaciamiento de ojos … por poner sólo algunos ejemplos de los métodos del bando republicano, revelan el alto de grado de salvajismo que llevó a tildarles de hordas rojas, y que sin duda explica muchos episodios de venganza que se iban produciendo a medida que el ejército nacional iba liberando la zona republicana.

Hoy parece que algunos quieren rememorar aquel odio salvaje. Lo que consiguen, es retratar su inferioridad moral, la misma que D. MIGUEL DE UNAMUNO sabiamente detectó en el Frente Popular (partido de izquierdas en la II republica) y que por desgracia hoy vuelve a hacerse notar con fuerza de nuevo en la izquierda española y sus medios: “Y no se hable de ideología, que no hay tal. No es sino barbarie, zafiedad, suciedad, malos instintos y, lo que es –para mí al menos- peor, estupidez. De ignorancia no se hable. He tenido ocasión de hablar con pobres chicos que se dicen revolucionarios, marxistas, comunistas, lo que sea, y cuando cogidos uno a uno, fuera del rebaño, les he reprochado, han acabado por decirme: Tiene usted razón. Pero luego se tragan un papel antihigiénico en que sacian sus groseros apetitos y ganas ciertos pequeños burgueses que se las dan de bolcheviques y de lo que hacen servil ganapanería populachera. Tragaldabas que reservan ruedas de molino soviético para hacer comulgar con ellas a los papanatas que les leen”.